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May 9Liked by Gustavo Noriega

Muy lindo, Gustavo. Tu nota amplifica el espectro mental. Gracias por ayudarnos a abrir el bocho. Abrazo

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May 9Liked by Gustavo Noriega

Antes que nada, todavía no viste Shogun.

Quiero agregar otra entrevista que a mi me pareció espectacular. Se la hizo Sabrina Ajmechet y equipo a Hugo Vezetti en el programa de historia que tenía en Radio Nacional. Acá el link.

https://www.radionacional.com.ar/los-anos-70-de-los-que-todavia-no-podemos-hablar/

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Buenísimo, gracias. Ya le llegará el turno a Shogun!

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y ahora como hago para trabajar y no perder (ganar?) la mañana escuchando todas esas entrevistas? Gracias Gustavo!

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¡Para eso está el paro! Abrazo y gracias.

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Muy buena reflexión Gustavo. Me parece que los entrevistadores empezaron con la moda de agredirse mutuamente con los entrevistados para evitar la acusación de "complacientes" o "ensobrados" que hoy es moneda común, sobre todo en las redes. Además creo que la habilidad de un entrevistador debe ser, precisamente, que el entrevistado se sienta cómodo para que, incluso en caso de quererlo exponer, vaya más allá de lo que le conviene en sus respuestas. En eso se especializaron entrevistadores como David Frost, Larry King y Ed Murrow y en un ámbito más amigable y confidente: Jesús Quintero y, en sus buenos tiempos, Hugo Guerrero Marthineitz.

Gracias por compartir su punto de vista, al que adhiero: conversando se fueron forjando todas las cosas trascendentes de nuestra historia.

Un cordial saludo

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Muy buena nota, coincido en la importancia de la conversación. Lamentablemente abundan los gritos y hay que buscar con cuidado para encontrar comunicadores bien dispuestos a la conversación

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Coincido con tus apreciaciones sobre el valor de conversar, dialogar, preguntar, escuchar, opinar, repreguntar, etc. La inmensa mayoría de los periodistas que vemos por los canales líderes (que, oh casualidad, son de Buenos Aires) parecen tener el ego demasiado alto e inflado, se sienten dueños de la verdad, pretenden que el entrevistado responda lo que ellos quieren, hacen preguntas con largas argumentaciones que llevan implícita (o explícita) la respuesta pretendida, interrumpen permanentemente, dejan al entrevistado colgado a un costado ¿para hacerle sentir que no es el protagonista?, hablan y hablan y hablan durante sus “editoriales” y en el resto del programa. Con esta moda de “los pases”, siguen hablando en el siguiente espacio. Con algunos podemos (los espectadores) coincidir más o menos, hasta que nos hartamos y cambiamos de canal.

Cada tanto surgen jóvenes periodistas interesantes, educados, formados, llenos de cualidades… pero los productores también ven esas condiciones y los convierten en “conductores”, y ahí parece que se les suben los humos y copian el “modelo” de los más conocidos y exitosos, y lamentablemente se deforman, se vuelven, ellos también, imbancables. ¿Por la plata baila el mono?

Hay excepciones, claro que las hay. Pero, excepciones. No voy a hacer nombres, porque tenés muchos amigos y compañeros en ese medio, y no quiero ofender a nadie. Saludos.

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