Amigos, A Complete Unknown, la película sobre una etapa en la carrera de Dylan me explotó en la cabeza y prácticamente le dedico el envío. Pasó a ser mi favorita para los Oscar aunque si gana Anora voy a festejar también.
Me tomo junto a la inspectora un par de semanas de vacaciones. Suspendemos los envíos de la semana pero el próximo sábado, firme junto al pueblo, me va a reemplazar el sabelotodo, Francisco Noriega, haciendo su propia Agenda personalísima. Abrazos a todos.
Un completo desconocido (A Complete Unknown, James Mangold, 2025)
El momento mítico en el que Bob Dylan abandona el mundo de la música folk para pasarse al rock eléctrico, causando decepción e ira entre sus seguidores más politizados, pero incorporando millones de fans dispuestos a la novedad y a lo imprevisible, tiene su representación más bella, emocionante y justa en esta extraordinaria película de James Mangold con una actuación de Timothée Chalamet absolutamente consagratoria.
El título de la película es un verso de "Like a Rolling Stone", la canción que simboliza más que ninguna la transformación de la música de Dylan. Aunque ya había escrito decenas de canciones memorables con letras libres e inspiradas, con este tema desafiante e iracundo, la pluma de Dylan alcanza cotas aún mayores. El siguiente verso de la misma canción, "No direction home", fue justamente el título que Martin Scorsese eligió para hacer un gran documental que contaba esta misma historia hace unos pocos años (2005) y que lamentable e increíblemente no está en ninguna plataforma.
La personalidad camelónica de Dylan, su necesidad de cambio permanente y su satisfacción en frustrar las expectativas que los demás ponen en él habían sido representadas por Todd Haynes en I'm Not There (2007) con un truco sencillo: que cada etapa de su vida fuera interpretada por distintos actores incluyendo a un niño negro y a una mujer (Cate Blanchett). El truco era obvio y no funcionaba. Acá, la interpretación de Chalamet logra el milagro: hay un personaje talentoso, brillante pero totalmente impenetrable, que va a frustrar a cada persona que ponga su interés en él, ya sea sentimental, amoroso, sexual, comercial, artístico o de cualquier otra índole. Lo va a hacer sin cambiar la sonrisa, con una mezcla de ángel y demonio única, impasible antes, durante y después de la traición. Chalamet logra algo que va mucho más allá de la mímesis con el cantante, logrando la voz y los gestos del personaje. Llega al corazón de la oscuridad de su misterio.
A Complete Unknown cuenta una de sus transformaciones. La historia va desde su llegada a Nueva York en 1961 y su inmersión en la resurrección de la música folk, hasta su consagración como estrella de rock y su portazo eléctrico ante la propia cara de los fieles. Dylan, en esos años, inventa el personaje de estrella rockera, con sus anteojos negros, su distancia infinitamente irónica, su fastidio, el pelo revuelto, la sensación de haber dormido poco y de querer estar siempre en otro lugar.
Siguiendo un libro igualmente valioso, Dylan Goes Electric, del periodista Elijah Wald, la película se basa mucho en la relación entre Bob Dylan y Pete Seeger, un músico de folk, leído, originalmente relacionado con el Partido Comunista, quien había puesto esperanzas políticas en la ola de revalorización del folk que se dio de la mano de la lucha por los derechos civiles en la década del 60. Uno de sus instrumentos para intentarlo fue el Festival de Newport, realizado anualmente y convocando a la juventud contestaria para cantar juntos canciones que sepamos todos. Allí fue donde Dylan, después de un par de años de ser el niño folk mimado por todos, comenzó a cantar canciones que no conocía ni le sonaban a nadie, generando un rechazo que seguramente el mito exageró.
Si Dylan-Seeger es la pelea ideológica estética que vertebra el relato, la presencia silenciosa y moribunda de Woody Guthrie en un hospital público (además de ser alcohólico, sufría de una enfermedad neurodegenerativa) completa un triángulo que le da estructura a la película. Con una elegancia notable, Mangold va intercalando visitas de Dylan y Seeger al hospital hasta poder mostrar su idea: Bob Dylan como síntesis superadora de un enfrentamiento antitético, el del original, desprolijo, decadente y genuino Woody Guthrie y su descendiente meticuloso, educado y politizado Pete Seeger. Uno de los aciertos de la película es mostrar a todos estos personajes bajo su mejor luz, con su nobleza, su contexto, sus aciertos y sus limitaciones.
A Complete Unknown tiene no menos de diez escenas brillantes, de alto contenido emocional, que dejan al espectador completamente conmovido. Una de ellas, quizás la mejor, es la visita de Dylan al programa musical de Pete Seeger en la televisión pública. Seeger cree que Dylan lo va a cagar, como lo hace siempre. Tiene que improvisar un programa para reemplazar a la estrella que no cumple con su palabra. Aparece como reemplazo un músico de blues, Jesse Moffette, que no para de beber en todo momento, ante un nervioso Pete Seeger, quien trata de llevar el programa adelante. De pronto, frustrando las expectativas de quienes estaban resignados a ser frustrados, Dylan aparece. En su faceta angelical, se sienta en la mesa, toma de la botella como Moffette y juntos improvisan un blues extraordinario mientras conversan como si fueran amigos de toda la vida. Una vez más, sin hacer demasiados esfuerzos evidentes, Chalamet logra mutar de diablo en ángel y ser convincente y encantador. Lo notable es que la escena no representa ningún episodio real, que Moffette no existe, pero que fue interpretado por el hijo de Muddy Waters. Un juego de muñecas rusas en donde la ficción termina siendo más verdadera que la vida misma.
Hay más, muchísimo más: su relación con Johnny Cash, las idas y vueltas con Joan Baez y con Suze Rotolo (que aparece con otro nombre), la motocicleta con la que se iba a accidentar poco después, el grito de "Judas" (que en realidad sucedió el año siguiente en Inglaterra), las extraordinarias despedidas, la banda de sonido. Se puede conversar durante horas y horas sobre A Complete Unknown. Pero primero hay que verla. Háganlo como puedan cuanto antes.
Desde ya que la banda de sonido vale la pena. Son versiones de clásicos cantadas por los actores, pero en donde la imitación deja cierto espacio para la expresión del nuevo cantante. Se deja escuchar con placer.
Para escuchar al verdadero, inimitable, inconquistable Bob Dylan, sugiero prestarle atención a esta playlist curada por un amigo tuitero, el abogado Matías Baranda Ruales (@mbruales en X), el mayor experto en música country de la Argentina, mano a mano con el Tata Yofre. Matías sabe muchísimo pero además tiene buen gusto y seleccionó una serie de canciones de Dylan de distintas épocas, evitando lugares comunes y hurgando en los rincones de uno de los cancioneros más impresionantes de la música popular. Enjoy.
A Sala Llena
Hace ya muchos años que José Luis Di Lorenzo lleva adelante esta plataforma cinéfila, en donde se cruzan comentarios sobre estrenos con notas atemporales, entrevistas y, muy especialmente, cursos dados por especialistas. A Sala Llena fue, por ejemplo, el refugio para los escritos y los cursos de Angel Faretta, un mítico y oscuro crítico que cuenta con una legión de seguidores fieles. También editaron las críticas completas de Quintín en El Amante, un emprendimiento monumental realizado con profesionalismo y nobleza. A medida que enumero los logros del equipo de Di Lorenzo me maravillo por su fecundidad y constancia.
Quiero traerles en este caso una muy interesante entrevista a Luna Sofía Miranda, trabajadora sexual y una de las coprotagonistas de Anora, mi otra película favorita nominada para los Oscar.
Y , ya que estamos, les cuelgo acá los cursos que di yo hace unos pocos años, uno sobre películas de terror y otro sobre documentales de rock. Se pueden inscribir y ver:
Maxikiosco
Este jueves fue mi Relación de Ideas, en donde conecté la historia de Karla Sofía Gascón, la actriz trans de Emilia Pérez, con el primer baseballista negro de las grandes Ligas, el enorme Jackie Robinson.
Y el viernes tuvimos una visita sorpresa, la de nuestro amigo Alejandro Winograd, con una nota excelente sobre ambientalismo y algunos temas de actualidad:
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Pero por otro lado, genial “Anora”. Ayer “The Brutalist” me pareció espantosa, algo verdaderamente imposible. Me quedé pensando que pensarías vos.
No la agarré en el cine en Tucumán. Ya veo como hago.