"Escuchamos, pero no juzgamos": este mantra que se repite en redes y nació en Tik Tok puede emparentarse con la otra frase que pinta un clima de época: "No se habla de los cuerpos ajenos". La primera me parece más honesta, porque trasluce la ironía en su propia enunciación. La mayoría de la gente opina, juzga y establece parámetros de lo que está bien y lo que está mal y también habla de los cuerpos ajenos.
Encuentro divertido y reconfortante ordenar mi mundo y delimitar mi grupo de pertenencia por gustos y preferencias. Como ya saben, mi segundo nombre no es "tolerancia". Yo juzgo, opino y me irrito con las elecciones de alguna gente.
Leyendo el precioso libro Canción llévame lejos de Mauro Libertella, encontré las palabras justas para describir esa desconfianza que producen algunas personas sobre otras cuando expresan sus gustos o disgustos:
No sé en qué vieja entrevista a Lucrecia Martel leí que tiene un método propio para saber si una persona con la que está empezando a salir es para ella o no. A la segunda o tercera cita la invita a ver Muerte en Venecia, de Visconti. Durante el visionado de la película escruta las expresiones de su posible pareja, estudia de soslayo sus reacciones ante lo que la pantalla les va ofreciendo. Si no hay emoción, si no titila ahí el brillo de una epifanía, ya sabe que la relación no va a funcionar.
Postularía una tesis similar con la música de los Beatles. De hecho, es lícito sentenciar que no se puede confiar en una persona a la que no le gusten los Beatles. No hay puntos medios en este asunto, no se trata de una exageración y mucho menos de una boutade. Los Beatles son un límite indestructible, quizás el único consenso verdaderamente planetario que tenemos: adentro de su órbita, todo lo que está bien; afuera, una tierra yerma, llena de contornos dramáticos, de pura confusión estética.
La tesis sobre los Beatles es perfecta. No digo que no podamos convivir con alguien que tenga la osadía de decir que no le gustan los Beatles, pero no tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas, de que ese va a ser el principio de un sinfín de disidencias entre la visión del mundo de esa persona y la nuestra.
Cada uno podrá establecer su límite o su punto de partida. Hay fisuras definitivas como la de los Beatles o pertenecer al team invierno o al team verano a la hora de rodearnos de nuestros afectos. Después están las otras, las más pequeñas que van socavando el universo de personas afines a nosotros en la cuales podemos confiar o no.
A continuación, les dejo cinco de las mías y los invito a pensar las suyas. Son en chiste, pero no tan en chiste:
Ajo
Desconfío de la gente que no come ajo. ¿Puede haber una frase más irritante que escuchar "No como nada con ajo"? Es algo que no llegó a comprender. El ajo mejora cualquier comida. Es sano, da sabor, condimenta. Evita poner gran cantidad de sal que, en exceso, es dañina. Debe ser muy soso comer comida sin ajo. La excusa de que te deja su sabor en la boca me parece una tontería. Si te gusta el ajo, cuál sería el problema de sentírselo al otro. Por supuesto soy fan de la pizzaiola que solo trae salsa de tomate y ajo. Comer o no con picante, cebolla, cilantro, o alguna otra hierba no nos separa, pero rechazar el ajo sí. ¡Sábelo!
Fútbol
Desconfío de los hombres a los que no les gusta el fútbol. Me crié en una casa en la que mirar fútbol, ir a la cancha y viajar por fútbol era algo habitual. A la hora de elegir pareja no sé cómo hubiera sido convivir con alguien que no mirara fútbol y menos aún con alguien de Boca. Me gusta que los hombres organicen su vida en relación con el fútbol. Me produce cierta envidia que tengan una fuente de placer y pasión tan frondosa y al alcance de la mano. No estoy hablando de termos que son capaces de perderse un evento familiar importante por un partido de fútbol sino de hombres a los que el deporte les da un mundo, un tema de conversación, pertenencia y disfrute. Me gusta respetar eso y admirarlos. Podría ser otro deporte, tenis y básquet serían otras alternativas. Lo que me da desconfianza es aquel que no tenga una propensión a conocer equipos, a ponderar un jugador por sobre otro, a analizar un partido, a saberse la formación de River del 75 (o el equivalente de su equipo). Ya sé que hay mujeres apasionadas por el fútbol, pero elijo hablar de los hombres y de lo que conozco y me gusta. Creo que los hombres tienen una conexión más directa y fluida con lo lúdico y su niño interior. O al menos esos son en los que confió.
Televisión
Desconfío de la gente que elige no tener televisión. A Mónica Muller, médica homeópata y escritora, le preguntaron qué consejo daría para leer más y ella respondió: "Para mí es básico no tener televisor. Mi padre no nos dejó tener televisor y yo ahora tampoco tengo televisor y me doy cuenta de que paso mucho más tiempo leyendo que muchos amigos lectores que pierden mucho tiempo con el televisor". Mónica me parece una persona muy lúcida, con gran sentido del humor, pero creo que se equivoca en concebir la lectura como una actividad que está por encima de mirar televisión. Es obvio que ella lo cree porque dice que sus amigos “pierden” el tiempo mirando televisión. Es cierto que leer requiere mayor concentración y un compromiso intelectual por parte del lector. No se puede leer y estar haciendo otra cosa, en ese sentido entiendo que puede ser considerada una actividad de mayor profundidad emocional e intelectual que ver televisión. No tener televisor no me parece algo de lo que enorgullecerse. Amo ver televisión. No estoy diciendo ver series, películas, o You Tube en la pantalla del televisor. Estoy hablando de ver telenovelas, programas de juegos, de viajes, realities, y por supuesto LAM. Consumir programas de televisión puede producir un placer equivalente a la lectura de un buen libro. La televisión puede entretener, educar, informar, emocionar y hacer reír. No puedo evitar desconfiar del que no ve televisión. A Mónica la perdonamos, pero cuando alguien que actúa o vive de la televisión como Juana Viale se jacta de no verla o no tener el aparato en su casa, el abismo es total.
Team China
Desconfío de la gente que se declara Team China. Si alguno no ve televisión o vive en Narnia, le cuento que así se denomina a los simpatizantes del accionar de la China Suarez, actual pareja del jugador de futbol Mauro Icardi, ex esposo de Wanda Nara. Aclaro que no es necesario ser del Team Wanda para desconfiar de la gente que es Team China. Son cosas separadas, porque Wanda sería la tercera de la lista integrada por Pampita y Eugenia Tobal. Eugenia (China) Suarez tiene un modus operandi que se repite. Se enamora de hombres comprometidos. Tiene trato o una relación cordial o de trabajo con las parejas de esos hombres. Cuando la relación extramatrimonial se descubre, niega todo, dice que la mujer que los descubrió está delirando y después forma pareja y hasta tiene hijos con esos hombres. Entonces ser Team China es avalar a una persona mentirosa, que no se hace cargo de lo que hace ni de las decisiones que toma. Alguien que parece disfrutar del sufrimiento de los demás e incapaz de ponerse en el lugar del otro.
Twitter
Desconfío de la gente que dice que Twitter es una cloaca. No soy tuitera, pero durante todos estos años gracias a Twitter aprendí y descubrí muchas cosas. Por Gustavo y su actividad tuitera conocí a mucha gente encantadora. Tuvimos reuniones sociales y eventos que surgieron gracias a Twitter. Gente que no conocimos en persona tuvo gestos entrañables como prestarnos una casa en la costa. Me divertí leyendo tuits y me indigné leyendo otros. Twitter no es otra cosa que lo que cada usuario decide que sea. Twitter por sobre todo es una comunidad que se forma por selección de afinidades. Juzgar, opinar, conversar y reírse de los otros y con otros. La sal de la vida.
PS: Le quiero agradecer a Agustina, lectora amorosa que de viaje por Madrid leyó la entrega anterior y me compro un paquete de mis galletas favoritas. Un gesto que voy a atesorar para siempre. En gente así, sí que confío.
Si están satisfechos con nuestra tarea, piensen en colaborar con un poco de dinero mensual de manera de ir construyendo una base de seguidores pagos que nos permitan mantener y desarrollar este emprendimiento. Los valores pueden no significar mucho en sus economías mensuales pero para nosotros son un ladrillo más para construir el servicio que soñamos.
Vean si algunos de los valores de acá abajo les resultan accesibles, el aporte es mensual vía Mercado Pago (PayPal para el extranjero) y podés salir cuando quieras sin ninguna dificultad:
Transferencias directas cuando quieran y lo que quieran al alias gusnoriega.
Y, como siempre, los que quieran colaborar desde el exterior, lo pueden hacer vía PayPal:
Bueno, hay matices. Concuerdo con vos en el team China a quien considero despreciable aunque cuando declaro que admiro a Wanda suelen mirarme con estupor, también concuerdo con el tema del televisor aunque casi sólo veo cable, no me molesta que a un hombre no le interese el fútbol aunque soy muy fanática del fútbol inglés y sólo del inglés, el ajo me encanta pero misteriosamente me hace muy mal, y abandoné Twitter aunque lo disfrutaba mucho porque me agobiaba leer tantas opiniones distintas a las mías aunque sólo leía a personas que me interesaban pero las que no igual se colaban y no soy especialmente tolerante, y amo a los Beatles sin condiciones.
Perdón por la extensión, me entusiasmé.
Qué buena la cita de Libertella. Muy partidario del ajo, también. Sobre el fútbol no es que haya dejado de gustarme, pero en algún punto de mi vida justamente dejé de ser partidario y la identificación con un equipo me pareció absurda, así que guardo un respetuoso silencio.