Agenda personalísima
Punto de inflexión: La guerra de Vietnam, José + 10, DakhaBrakha, caroline, Caroline Polachek
Buenas, buenas, buenas. Acá estamos con nuestra entrega de todos los sábados. Un buen documental, un buen newsletter deportivo y música, mucha música. Enjoy.
Punto de inflexión: La guerra de Vietnam (Netflix)
Tercera temporada de la excelente serie documental Punto de inflexión. Los dos anteriores habían sido uno dedicado al 11S y la guerra contra el terrorismo islámico y el otro —el mejor de todos— sobre la guerra fría. Esta nueva entrega está dedicada a la guerra en Vietnam y mantiene las cualidades de las anteriores. También algunos de sus defectos menores.
Es cierto que, en términos de producción documental, el trabajo monumental de Ken Burns para la PBS estrenado en 2017, de diez capítulos y casi 18 horas de duración, parecía haberlo dicho todo. Lo cierto es que la obra de Burns es, lamentablemente, inaccesible en la Argentina y no hay mucha gente que ya la haya visto. Así es que esta aproximación de Netflix, que cuenta "apenas" con cinco capítulos de más de una hora cada uno, funciona perfectamente con sus intenciones didácticas y su pretensión de objetividad, inalcanzable, pero que puesta como horizonte establece algunos parámetros de calidad bien logrados.
Como en aquella producción de la PBS, este documental de Netflix se preocupa muy cuidadosamente de darle una voz a los vietnamitas, tanto de los revolucionarios que habían tomado el poder en el norte, como de muchos de los que quedaron en el sur y tuvieron la experiencia de la ocupación norteamericana primero (previamente la francesa) y del terror por el comunismo después.
La larga historia de esta guerra, que comienza luego de la Segunda Guerra Mundial con el intento de liberarse del colonialismo francés, se desarrolla, naturalmente, en Vietnam, y con repercusiones profundas en otros países, como Laos, Camboya (en donde terminó en uno de los regímenes genocidas más sangrientos del mundo), pero particularmente en los EE. UU. La tumultuosa década del 60 en ese país, con sus revoluciones culturales, magnicidios, luchas por derechos civiles y manifestaciones contra el involucramiento del país en esta guerra, genera un sinfín de anécdotas, episodios históricos, vivencias e interpretaciones. Vietnam, su guerra y su relación con los EE. UU. es un episodio histórico que permite ir abriéndose infinitamente. Por eso no resultan extrañas estas seis horas dedicadas al tema, las 18 que utilizó Ken Burns o cualquier duración que a priori resultara estrafalaria.
De los temas que están muy bien tratados en esta versión de Netflix, quiero destacar el del rol del periodismo norteamericano en convertir a la guerra en antipopular dentro del país (con la valentía de algunos anchormen ilustres de la televisión norteamericana, como Walter Cronkite y Dan Rather); la matanza del poblado conocido como My Lai, en donde una patrulla del ejército norteamericano masacró a la población civil, y lo que siempre me provocó una angustia particular que fue la caída de Saigon y el terror de buena parte de su población, ahora en fuga. Las imágenes de los helicópteros cargando gente para escapar de alguna manera, los portaaviones que decidían tirar los helicópteros al mar para poder hacer espacio para más gente y el episodio increíble del avión que cargaba con centenares de niños concebidos en relaciones efímeras con las vietnamitas por los soldados norteamericanos que sufrió un terrible accidente aéreo, producto del apuro en el despegue, son algunas de los momentos más impactantes de este documental.
Es cierto que, como hizo en las dos ediciones anteriores de Punto de inflexión, el documental en sus últimos minutos intenta ir abrochando los temas de manera pedagógica y buenista, poniéndose sentimental y edulcorado. Casi que uno podría evitarse los últimos quince minutos de cada edición (yo le metí fast forward, confieso) para no empañar la excelente experiencia previa.
En definitiva, otra buena producción de Netflix para entender mejor el siglo XX.
José + 10
Así como celebramos la aparición de "15-0", el newsletter tenístico de Caterina Colombo y Laura Romero, ahora le damos la bienvenida al nuevo emprendimiento de José Santamarina relacionado con el club de sus amores, River Plate, llamado “José + 10”. Simplemente, si uno se suscribe gratuitamente recibe cada tanto (dependiendo de los eventos relacionados con el club) un mail de José con un análisis inteligente y bien escrito de los partidos o de la realidad del club. José tiene buen gusto futbolístico, va a la cancha —lo que le da una perspectiva distinta a la del espectador televisivo—, es hincha pero no piensa ni dice las tonterías habituales a las que lleva el fanatismo y combina con elegancia las particularidades de la experiencia personal (como la relación con su padre) con el placer del análisis del juego. El fútbol se merece buenas plumas y análisis inteligentes, es un deporte extraordinario que se puede disfrutar a través de la inteligencia, habitualmente menospreciada ante la sobrevalorada "pasión". Es lo contrario de la máxima del Chiqui Tapia: "no intentes entenderlo, disfrutalo". El fútbol entendido es mucho más grato.
Maxikiosco
Esta semana me tocó la Relación de Ideas, dedicado en esta ocasión a los nombres de cuatro calles que he caminado bastante: Darwin, Humboldt, Fitz Roy y Bonpland. Responden a un gran momento de la humanidad, el de los viajes por el mundo para conocerlo. Lean.
Relación de ideas
No sé si el primero, pero sí uno de los primeros viajes en colectivo que hice solo fue a los 13 años en el 111, que me llevaba de mi casa, en lo que ahora se conoce como Alto Palermo, hasta el Colegio Nacional Número 4 Nicolás Avellaneda, sito en El Salvador entre Humboldt y Fitz Roy. El 111 subía por Bonpland y yo me bajaba en El…
Leer y Comer 1079
En nuestro programa de los miércoles en El Observador 1079 nos propusimos hablar de las empanadas sin mencionar lo que dijo o no dijo un popular actor sobre las mismas. Quedó un programa bonito.
En la época en que la búsqueda de novedades musicales no te la hacía un algoritmo sino que se gestionaba personalmente, me hice adicto a un extraño grupo ucraniano, DakhaBrakha. Era world music, pero bien anclada en su tradición, con una predominancia de la base rítmica que contrastaba con la voz aguda de tres mujeres y algunos instrumentos atípicos: violoncello y acordeón. La imagen del grupo no era menos llamativa: los largos sombreros de las mujeres, la ropa típica y cierta teatralidad le daban un misterio muy atractivo.
Como me pasa con tantas cosas, si no las tengo delante de mis ojos, las olvido y hacía bastante que no sabía nada de ellos. De pronto me acordé y pensé: ¡son ucranianos! Me asusté pensando en la guerra y el susto se reforzó cuando vi que el último disco era de 2020. Finalmente encontré información bien resumida en este video de la PBS. Se instalaron en EE. UU. luego de la invasión rusa y viven haciendo giras en donde hablan de la agresión de Putin y convocan a la solidaridad con el pueblo ucraniano. Les dejo el video y luego una canción representativa de su peculiar y atractivo estilo.
caroline + Caroline Polachek
Y de entre las novedades que, ahora sí, el algoritmo me trajo, descubrí un grupo y una cantante que me parecieron especialmente interesantes como para compartirlas aquí. El grupo se llama caroline, así con minúscula, como el poeta e. e. cummings, y la cantante, Caroline Polachek. Entiendo que es una colaboración entre dos artistas independientes y que la coincidencia en el nombre no es más que eso, casualidad. Lo cierto es que esta misteriosa canción reúne muchos elementos que me gustan: tan experimental como melódica, imprevisible, no sabés muy bien para qué lado va, te sorprende con cada cambio y utiliza la repetición y la monotonía como elemento sonoro. Suena todo complicado, pero es simplemente placentero.
Después de estudiar al grupo caroline, me dediqué a su invitada en ese tema, Caroline Polachek y me encontré con una artista integral, en la onda de Kate Bush, una de sus heroínas musicales. Como tantos otros músicos indies, Polachek tuvo su Tiny Desk, que me resultó encantador. Listen:
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