En 1965, Garry Bonner y Alan Gordon compusieron Happy Together. Grabaron un demo con la intención de venderle la canción a otros artistas, pero la grabación era rechazada una y otra vez. Del otro lado del país, al mismo tiempo que Bonner y Gordon no lograban vender Happy Together, el grupo The Turtles empezaba a considerar separarse después de varios fracasos comerciales. Les quedaba un último intento, una última bala, pero necesitaban la canción correcta.
No hay una versión definitiva de cómo a The Turtles les llegó el demo de Bonner y Gordon. Lo cierto es que, cuando escucharon la grabación, les pareció un horror. El demo era un tipo, Bonner, tocando más o menos una guitarra acústica mientras otro, Gordon, cantaba en un falsetto extraño. Encima, la grabación estaba arruinada de tanto que la habían reproducido y se escuchaba horrible. Alguien se dio cuenta, a pesar de todo esto, que detrás de ese desastre sonoro había una canción. Después de probarla en vivo durante algunas semanas, los Turtles se decidieron a grabarla. La canción llegó al #1 en los charts, tocaron en el Ed Sullivan Show y lograron ser conocidos en todo el mundo.
Imagine me and you
Sin prestar demasiada atención, Happy Together se presenta como una canción de amor que habla de dos personas que se aman y son, a todas luces, felices juntos. El estribillo (“I can’t see me loving nobody but you, for all my life”/“No me puedo imaginar amando a nadie más que a vos por el resto de mi vida”) es una declaración de amor eufórica y triunfante. Y, sin embargo, algo anda mal.
En algún momento sentí que la canción no era tan feliz como parecía, sino que más bien sonaba como una persona hundiéndose en la locura. El final, con el personaje repitiendo “So happy together” una y otra vez, suena como alguien queriendo convencerse a sí mismo de una mentira. No es solamente la repetición de la frase, lógicamente, sino también toda la producción. Los coros, la orquestación que va subiendo en intensidad y dominando la escena.
(La idea de que la canción es, en realidad, sobre un amor no correspondido y no sobre una pareja feliz está bastante extendida, no es que yo sea un genio de la percepción. El principio de la canción, de hecho, arranca “imaginando” toda la situación: “Imagine me and you, I do, I think about you day and night”.)
Ahora bien, tiene que haber una explicación más concreta a que simplemente haya una “sensación” (y el “imagine” del principio tampoco es suficiente). Quiero decir, podría haber orquesta y coros y seguir siendo una canción de amor feliz y despreocupada. ¿Qué pasa entonces?
Tonos menores y tonos mayores
No sé mucho de teoría musical. Como con casi todo, sé algo que me permite tocar de oído (ja) en alguna conversación casual sobre el tema. Uno de los conceptos que manejo (y es extraordinariamente básico) es que los tonos mayores son alegres y los tonos menores, tristes. Entonces, cuando una canción tiene un giro oscuro o triste, afirmo gallardamente “acá debe haber pasado a un tono menor”.
Durante mi extensa investigación sobre esta canción, busqué los acordes para guitarra en internet. La canción, efectivamente, está en un tono menor, en Mi menor. El estribillo, sin embargo, pasa a Mi mayor. Ese cambio a Mi mayor es lo que le da ese aire triunfante y eufórico del que hablamos al principio. Pero, creo yo, que el resto de la canción esté en Mi menor es un indicio de otra cosa, es una pista de que las cosas no son tan felices como parecen en ese exabrupto de pasión que es el estribillo.
El momento de verdadera oscuridad de la canción es el final, con la repetición de la frase y la orquesta y los coros. Y ahí, querido lector, la canción está en Mi menor de vuelta. La canción no termina con el el estribillo feliz y triunfante, en Mi mayor, sino con el descenso a la oscuridad del Mi menor. No estoy usando la palabra oscuridad en vano: así como los tonos mayores son felices, también podríamos decir que son luminosos y, por lo tanto, los menores son oscuros. Esto no es (solamente) poesía: el concepto por el cual los tonos mayores y menores son alegres o tristes se llama brillo.
Cultural
Ahora bien, como siempre, hay una pregunta inevitable que sigue a esto. ¿Por qué los tonos mayores son felices y los menores, tristes? Bueno, la respuesta tiene dos partes. La primera es la más fácil y rápida: es cultural. No nacemos ni crecemos en un vacío, todo lo que consumimos y hacemos está condicionado por todo lo que vino antes, y la selección natural de la producción musical humana (occidental) fue organizándose alrededor de que el Do mayor es más luminoso que el Do menor. Hoy, cientos o miles de años después, para nosotros eso es una obviedad tal como que Dios está en el cielo y el Diablo bajo tierra.
Es evidente que esto es cierto, pero no me alcanza. La otra parte de la respuesta, la difícil de explicar (y que no termino de entender) tiene que ver con el brillo, con los intervalos entre las notas dentro de un acorde. Los acordes mayores son más “acústicamente consonantes” que los menores. Las cosas que terminan en un tono mayor se sienten más resueltas que las que terminan en un tono menor. No sé exactamente qué significa “acústicamente consonante” y solo entiendo vagamente el concepto de brillo y del intervalo entre las notas. A pesar de lo que ustedes crean, no puedo saberlo todo. La manera más clara que yo tengo para entenderlo es mirando un piano. Un acorde mayor se construye agarrando una escala y tocando la primera, tercera y quinta nota de esa escala. Entonces un Do mayor se ve así:
El acorde menor, en cambio, “baja” (este no debe ser el termino correcto) la tercera nota de la escala (la segunda del acorde). Entonces, un Do menor se ve así:
Yo, cuando veo estos dos dibujos, siento que el Do mayor está parejo y prolijo, resuelto, mientras que el Do menor está haciendo algo raro, algo que contiene cierta incertidumbre, desequilibrado. Como verán, no soy la persona indicada para escribir una nota de seis mil caracteres al respecto. Pero no importa: no tenemos que ser todos expertos en todos los temas, a veces alcanza con saber que hay explicaciones y saber, más o menos, por dónde andan.
Final
Esto es muy importante: una canción puede estar en un tono menor y ser feliz, y viceversa. No es condición necesaria ni excluyente. Lo que le da a una composición su emoción es, en general, una suma de factores mucho más amplia que tocar en Mi mayor o Mi menor. Pero, igual, suele ser una regla bastante generalizada. La música es un lenguaje y, como todo lenguaje, tiene convenciones que son tan útiles y extendidas como rompibles. Dicho esto, los dejo con un ejemplo muy simpático que ilustra muy bien todo esto: Losing My Religion, de REM, digitalmente alterada para pasarla a un tono mayor (la original, una canción notoriamente melancólica, está en un tono menor). Justo en este caso, como tenemos tan presente la versión original, el resultado es un poco inquietante porque es la canción conocida y, al mismo tiempo, no es. Eso es lo que en estos pagos llamamos unheimlich. Hasta la próxima.
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No entendí mucho pero me resultó muy interesante tu análisis exhaustivo sobre los tonos musicales y su connotación anímica.
Muy interesante! La versión en Do mayor de Losing My Religion es _el_ ejemplo de "uncanny valley". La canción es la original pero algo está... off.