Este es el Sabelotodo número cincuenta. Un número redondo cuyo valor, como el de todas las cosas valiosas, solo existe gracias a la arbitraria voluntad del ser. En este espacio se respeta mucho la arbitraria voluntad del ser y, por lo tanto, brindamos por el Sabelotodo número cincuenta. El Sabelotodo número cincuenta y uno, en cambio, pasará sin pena ni gloria. Esa es, paradójicamente, la naturaleza del resto (la mayoría) de las cosas del mundo. Salud.
Theremin, el hombre
Un theremin es un instrumento que se toca en el aire. Una cosa mágica y misteriosa. Si nunca vieron un theremin, acá está su creador, el mismísimo Leon Theremin, usando uno:
Leon Theremin nació en Rusia en 1896. Fue físico e ingeniero. En 1920, como discípulo de otro científico importante para la URSS, Abram Ioffe, Theremin desarrolló los primeros sensores de proximidad de la historia. Esto, como muchos de los grandes inventos de la humanidad, tenía como principal motivación el uso militar. Eventualmente, Theremin quiso agregarle sonido al sensor. Mientras trabajaba en la señal sonora que saldría del aparato, Theremin se dio cuenta de que el tono del sonido cambiaba cuando él le pasaba la mano cerca. Se lo mostró a Ioffe y al resto de sus colegas en octubre de 1920. Apenas un mes después ya había dado un concierto de etherphone (el nombre que él le dio al instrumento, que no duró mucho). En 1924 se mudó a Alemania con su esposa y vendió la patente del etherphone (en Alemania se llamaría Termenvox) y del sensor de movimiento a una firma alemana, Goldberg e Hijos.
Eventualmente, Theremin el hombre emigró a Estados Unidos. Tocó el ya re-bautizado theremin con la filarmónica de Nueva York en 1928. Vendió la patente americana, se divorció de su esposa rusa y se casó con una bailarina negra, Lavinia Williams.
En 1938 tuvo que volver intempestivamente a la Unión Soviética para escapar de algunos problemas financieros y tributarios que había acumulado en Estados Unidos. De vuelta en la Unión, Theremin fue preso y obligado a trabajar en el laboratorio secreto de un gulag. Ahí, Theremin creó un objeto que tiene el alucinante nombre de “La Cosa”. La Cosa fue uno de los primeros micrófonos escondidos en la historia. Se trataba de un adorno de pared con la forma del escudo oficial de EEUU. En 1945, un grupo de muchachitos en edad escolar le regalaron La Cosa al embajador americano en Moscú. Era un gesto de agradecimiento por el trabajo en conjunto durante la Segunda Guerra Mundial. Durante siete años (¡años de Guerra Fría!) La Cosa interceptó conversaciones confidenciales de los yanks.
Clara Rockmore
En Estados Unidos, antes de casarse con Lavinia Williams, Theremin se había enamorado de una compatriota emigrante, Clara Reisenberg. Clara se había convertido en una virtuosa del theremin y, supuestamente, León le propuso casamiento en más de una ocasión. Clara lo rechazó todas las veces. Se casó con un tal Robert Rockmore, de quien tomó el apellido.
Clara Rockmore fue una pionera en la interpretación del theremin. Hay varias grabaciones suyas dando vueltas. En vida solo sacó un disco: The Art of the Theremin. Cuando lo busqué en Wikipedia, vi que el productor era nada más ni nada menos que Robert Moog, el creador del sintetizador. El mundo es pequeño y la gente extraordinaria se atrae entre sí.
Theremin, el instrumento
Pero, mi amigo, ¿cómo diantres funciona el aparato? Básicamente, el instrumento consta de dos antenas. Por lo que entiendo (y entiendo poco), cada antena genera un campo electromagnético. Las manos ingresan a ese campo magnético y lo alteran. El aparato identifica esa alteración, la mide y la traduce a una señal de audio.
Esa es la explicación física de lo que está pasando. Me es insuficiente, pero sospecho que es lo más profundo a lo que podemos aspirar en estas páginas sin que se vuelva un manual de física general. Además, la gracia del theremin está en su misterioso funcionamiento. Mejor no entender del todo qué es lo que está pasando exactamente.
Lo que sí podemos entender es que la antena de la izquierda (desde nuestro punto de vista, la que está en vertical) controla el tono y la antena de la derecha (la que está en horizontal y forma un bucle) controla el volumen. A medida que la mano derecha se acerca a la antena vertical, el tono sube. Y a medida que la mano izquierda se acerca a la antena horizontal, el volumen baja. La interacción entre ambas manos construye la música, con la melodía y todas sus sutilezas.
Cuando uno toca el theremin no cuenta con ninguna referencia visual acerca de dónde están las notas. A diferencia de la amplia mayoría de los instrumentos (por no decir de todos) uno no sabe exactamente qué nota va a tocar hasta que la toca. En cambio, por ejemplo, yo puedo ver el teclado de un piano y saber que voy a tocar un La, un Re y un Si antes de bajar la mano sobre las teclas. En el theremin esto no sucede. Todo está en el aire. Literalmente.
La distancia entre las dos notas de una octava es (si el theremin está correctamente afinado) la distancia entre el dedo meñique y el pulgar en su punto más amplio. La precisión que uno debe tener con la mano para tocar el theremin, especialmente para tocar cosas complejas, es brujería. Y se ve como brujería: una serie de movimientos veloces y precisos de los dedos propios de un prestidigitador.
Carolina Eyck
Encontré en YouTube a una thereminista (el termino lo inventé yo) que es buenísima. Es alemana y en su canal de YouTube comparte no solo música sino también lecciones sobre cómo tocar el instrumento. Es como una especie de divulgadora del theremin. El canal de YouTube de Carolina es filmografía complementaria para este Sabelotodo. A veces sus videos están sobreproducidos, como si la magia inexplicable del theremin no fuera suficiente. Aún así, las cosas que Carolina hace con las manos son inexplicables. Hay infinidad de ejemplos, dejo dos.
Mezerg
Otro thereminista que me apareció en los algoritmos es Mezerg. Un francés cancherito y loco que hace música electrónica. Dejo dos ejemplos más, para que tengamos variedad musical. Soy un hombre tremendamente generoso.
Final
Cuando tenía diecisiete años y antes de conocerlo personalmente, Theremin fue a la defensa de la tésis de Abram Ioffe. A Theremin le impactó que Ioffe hablara de, por ejemplo, los campos magnéticos como “partes de una realidad objetiva que rodea nuestras vidas, a diferencia de otros que hablaban más bien de fórmulas y símbolos algo abstractos”. Me parece bastante elocuente que le resonara la característica casi material de los campos magnéticos, de que sean cosas que nos rodean, cosas con las que uno puede interactuar. Por ejemplo, para hacer música. Nos vemos en dos semanas, si todo sale bien, con el rutinario, terrenal e intrascendente Sabelotodo #51.
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Con la afinación pasa algo parecido con los instrumentos de cuerda sin trastes (como violín, viola, violoncello y contrabajo), o con algunos instrumentos de viento como el trombón, en los que se puede desafinar de lo lindo. Pero esto es otro nivel. (Ya son muchas las notas que llevo leyendo gratarola, voy a tener que pasar por el chanchito, Sabelotodo nunca decepciona).
Divino el texto. Me llevaste a leer sobre las diferencias entre el Theremin y las ondas Martenot. Ignoraba todo sobre el tema. Ahora también, pero por lo menos no perdí mi mañana leyendo comentarios en Twitter. Una sola aclaración: eso de no poder ver la nota que uno toca pasa con muchísimos instrumentos. En todos ellos, como en las ondas y el Theremin, se trata de aprender a calcular un gesto.