De las supersticiones woke, una de las que de peor humor me pone es esa prohibición estricta de hablar de los cuerpos ajenos. Es algo muy extendido, especialmente entre las jóvenes generaciones que te chantan ese undécimo mandamiento apenas hacés el menor comentario físico, por más inocente que sea. "No se habla de los cuerpos ajenos". Pero dejame de romper las pelotas, viejo, dejame hablar de lo que se me ocurre.
El otro día, en su estelar vuelta a la televisión, Susana Giménez se mostró espléndida a sus 80 años, con una silueta muy estilizada y arrancó diciendo: "¿Vieron lo flaca que estoy?". Susana estaba diciendo directamente: "POR FAVOR, HABLEN DE MI CUERPO".
Es imaginable el origen de esto: la crueldad de niños y adolescentes que se burlaban de algún compañerito que era gordo y/o narigón y/o chueco. Nada que no hayamos vivido durante varias generaciones sin demasiadas consecuencias. El sufrimiento excesivo de algunos pocos llevó a la más simple de las soluciones, que es prohibir todo. No se les ocurre que nada se pueda resolver si no es con una prohibición.
No es que yo proponga que sea correcto llamar "enano de mierda" a una persona que mide poco. Muy por el contrario, me parece un horror esa expresión y cualquier otra del mismo tono. Sin embargo, creo que existía un antídoto contra eso y era la educación. Una persona bien educada, antes de la conciencia woke, no le decía "enano de mierda" a nadie. La convención de las buenas costumbres indicaba eso y no necesitábamos mucho más.
Escucho hablar mucho de que hay una presión social muy fuerte en determinada dirección estética. Que, por culpa de los avisos publicitarios y el peso de las marcas, las mujeres tienen que ser flacas y esbeltas. Es la famosa "belleza hegemónica" que se nos impone y nos esclaviza. Encuentro esa descripción de la relación entre el individuo y la sociedad falsa y cómoda. Infantiliza a las personas de una manera anticuada. Por supuesto que vas a encontrar ejemplos dramáticos de gente —preferentemente adolescentes mujeres— que por imitar ciertos modelos entra en desórdenes alimentarios. Necesariamente se trata de casos aislados, no generalizados. Lo que más me molesta de esa descripción del estado de las cosas es que pone el foco de atención en el lugar incorrecto, quitándole responsabilidad a quienes deberían estar en el centro de la cuestión.
Me acuerdo de cuando era chico y comenzaban a hacerse populares las historietas y series de superhéroes (la de Superman en blanco y negro era maravillosamente berreta en su producción). Cada tanto aparecía la noticia de que un niño había querido imitar a Superman y se había tirado por la ventana. El hecho me causaba cierta impresión hasta que algún adulto, probablemente mi hermano, me dijo que, si el chico no podía distinguir la realidad de la ficción, el problema no era de las historietas, sino que estaba más cerca de su entorno familiar. No creo que haya dicho "entorno familiar", se hablaba mejor en esa época, pero se entiende la idea. La "sociedad" te puede dar una cantidad enorme de estímulos, pero de ahí a tirarse por la ventana o vomitar hasta morir hay un salto enorme y tiene que ver con la historia personal, no con la sociología.
Por otra parte, ¿qué es la sociedad? ¡La sociedad somos nosotros! Es como el hombre en el auto atascado por el tránsito, quejándose por la cantidad de autos que no lo dejan llegar a su casa a tiempo. ¡El tránsito eres tú! Con las quejas por los mandatos de la sociedad pasa lo mismo. No hay una confabulación de las marcas, de los grandes capitales o de los Sabios de Sión. Somos nosotros, con nuestras decisiones personales, sumadas una por una, las que mandan las tendencias culturales y así como en el Renacimiento el modelo de belleza era más bien rellenito, ahora ese modelo es el magro. No es un "mandato de la sociedad", es lo que una parte de la sociedad prefiere.
Y eso me parece que es una de las cosas más interesantes. Se trata de una parte de la sociedad, no de toda ella, la que determina esa tendencia hacia las mujeres flacas. Ese sector está determinado por una mitad y esa es la mitad de las mujeres. Las mujeres están más preocupadas por su aspecto, por cómo son miradas por los demás, que los hombres. No tengo dudas, pero sí tengo pruebas. Se me ocurrió preguntarle al Chat GPT si había algún estudio que mostrara que en Instagram las mujeres usaban más filtros que los hombres. La respuesta me pareció muy interesante:
Los estudios han explorado el uso de filtros en Instagram y sus efectos en los usuarios, particularmente en cuanto a diferencias de género. Las mujeres tienden a usar filtros con más frecuencia que los hombres, especialmente aquellos que realzan la belleza, como suavizar la piel o alterar rasgos faciales, lo que a menudo está relacionado con presiones sociales sobre la apariencia. Esto se vincula con mayores niveles de problemas de imagen corporal, especialmente entre mujeres jóvenes, ya que el uso frecuente de filtros puede llevar a la auto-objetivación y a la comparación constante con los estándares de belleza. En contraste, los hombres son menos propensos a usar filtros que cambien drásticamente su apariencia, aunque sí pueden emplear filtros que mejoran características específicas como la iluminación o los ajustes de color. Sin embargo, las diferencias de género no solo se refieren a la frecuencia de uso, sino también al tipo de filtros utilizados. Las mujeres se centran más en filtros que mejoran la belleza, mientras que los hombres se inclinan hacia efectos visuales más generales. Curiosamente, mientras que el uso de filtros por parte de las mujeres está estrechamente asociado con la internalización de ideales de belleza y la insatisfacción corporal, los estudios no han encontrado correlaciones fuertes entre el uso de filtros por parte de los hombres y preocupaciones similares sobre la imagen corporal. Esto sugiere que las presiones sociales en torno a la apariencia física juegan un papel más importante en la interacción de las mujeres con estas herramientas. Estas tendencias reflejan expectativas sociales y culturales más amplias en cuanto a la belleza y la atractividad, donde las mujeres están más sujetas a normas de presentación visual que los hombres.
Bibliografía:
Gender and Culture Differences in Perception of Deceptive Video
Me parece muy interesante que en su respuesta, la Inteligencia Artificial consigne datos (las mujeres usan los filtros más que los hombres para parecer más bellas) junto con interpretaciones ("presiones sociales"). Supongamos que lo de las presiones sociales fuera cierto, ¿de dónde provienen? Mi tesis, no científica, es que la presión es de las propias mujeres. Las mujeres se visten, se acicalan, hacen gimnasia y adelgazan para la mirada de las otras mujeres. Para fundamentarlo, tengo que remontarme al siglo XIX y a los formidables trabajos de Charles Darwin sobre la evolución.
Hay un capítulo muy interesante de sus estudios que tienen que ver con la selección sexual. Es un caso distinto puntualmente a la selección natural que opera en los procesos evolutivos y tiene que ver con la competencia entre distintos machos por el apareamiento con una hembra y viceversa. Un rasgo en particular puede tener menos valor adaptativo, como una pesada cornamenta en un ciervo, pero resultar más llamativa para la hembra. En ese caso, si el valor de apareamiento supera las dificultades adaptativas que presenta la cornamenta, esa característica se va a ir heredando de generación en generación. Lo mismo puede pasar con el color del plumaje en algunas aves, la danza de apareamiento en otros animales, etc. En estos ejemplos, la selección de las características del macho no las hace el ambiente sino la hembra y viceversa.
El homo sapiens tiene una vida cultural que sobrepasa mucho sus imperativos animales de reproducción. De una manera única, ha independizado la actividad sexual de la reproducción y puede no solo tener sexo sin tener descendencia sino que su vida útil se extiende mucho más allá del período reproductivo. Por lo tanto, las presiones en la "selección sexual" ya están independizadas de su éxito en generar nuevas descendencias. Así uno puede pensar que las características físicas que buscan las mujeres ya no son necesariamente la que les interesan a los hombres. Pueden ser, por ejemplo, las que les interesan a las otras mujeres.
Los filtros que se usan en Instagram no tienen que ver con las características deseadas por los hombres, que implican voluptuosidad y curvas. Van más por el lado de disimular las marcas del paso del tiempo y afinar la silueta. Claramente no son usados como señuelos sexuales para atraer hombres.
Ahora bien, si esa presión social que sienten las mujeres deriva de la mirada de las propias mujeres, ¿por qué habríamos de combatirlo prohibiendo temas de conversación? Yo voy a seguir hablando de los cuerpos ajenos, y si son con arrugas y kilos de más, lo voy a hacer elogiosamente. Como decía Horacio Guarany en sus conciertos, anunciando una canción: "Ahora vamos a hacer un tema que tiene unos años, porque a las viejas... a las viejas también hay que tocarlas".
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¡Qué bien escribís!
Exacto, Gustavo. Muy buen texto. Hablemos de lo que nos de la gana y siempre con respeto. Y es todo verdad, las mujeres nos sentimos "desnudadas" por las miradas de las otras mujeres.