Seguimos en esta sección en donde comentamos películas que no están en sala ni en plataformas. Esta semana le entramos a dos películas relacionadas con el Ejército Republicano Irlandés (IRA), nuestra nueva pasión después de ver Say Nothing en Disney +.
El juego de las lágrimas (The Crying Game, 1992, Neil Jordan)
Vi El juego de las lágrimas en su estreno, hace ya más de treinta años. Tenía un recuerdo desvaído, básicamente de la revelación, en el medio de la película, de que la protagonista era travesti, dato que se proporcionaba mediante un desnudo frontal. Como la película era floja, ese artilugio de la trama, en el recuerdo, se devoraba a todo el resto, a punto tal de que para mí ese osado plano era el último de la película. En realidad está por la mitad.
Fue una gran sorpresa descubrir leyendo Say Nothing, el libro sobre el cual se basa la miniserie de Disney +, que la trama involucraba a un grupo de operaciones del IRA y que estaba ambientada durante los "Troubles". Así que puse manos a la obra y volví a ver la película de Neil Jordan, ahora bajo la luz que me había dado la visión de la miniserie y la lectura del libro.
Stephen Rea, el actor irlandés que protagoniza El juego de las lágrimas, en la vida real se casó con Dolours Price, la integrante del IRA que participó en algunas ejecuciones a supuestos delatores de la organización, que pergeñó un atentado con coches bomba en Londres, estuvo ocho años presa y casi muere en una famosa huelga de hambre. Dolours, quien luego de esas acciones abandonó la militancia en el IRA, es el eje narrativo de No digas nada, libro y serie.
En la película El juego de las lágrimas, Rea hace de Fergus, un guerrillero que tiene que ejecutar a un soldado británico (Forest Whitaker) quien finalmente muere no a sus manos sino accidentalmente por una patrulla británica. Acosado por la culpa, Fergus abandona al IRA y busca en Londres a la novia del soldado muerto. La novia es Dil (Jaye Davidson), de la cual Fergus se enamora, sin entender que se trataba de un travesti.
El libro de Patrick Raden Keefe cuenta un episodio muy llamativo. En aquella época, cuando filmaba The Crying Game, Stephen Rea vivía sus años de matrimonio con Dolours Price. Hay un personaje en la película que es una guerrillera pelirroja, como Dolours, interpretado por Miranda Richardson. Durante la filmación, Richardson y Rea, acompañados por Dolours Price, fueron a tomar algo a un pub. Aunque Miranda Richardson era una actriz en ascenso (venía de un éxito como Abril encantado) y tenía toda el aurea de su profesión, ella misma cuenta que en el pub todas las miradas estaban puestas en Dolours, que estaba entre sus compatriotas como una verdadera diva.
Las coincidencias entre Dolours y el personaje interpretado por Miranda Richardson (Judy) no eran pocas: una guerrillera de la línea dura, pelirroja y atractiva. La actriz consultó a la excombatiente por algunas palabras pero no discutieron sobre las características del personaje. En la película, sus apariciones son muy impactantes. Miranda Richardson está hecha un fuego: da la sensación de que si Dolours Price la había opacado en la vida real era porque se trataba de una personalidad muy deslumbrante.
La descripción del grupo guerrillero es bastante crítica. Fergus es el único que tiene sentimientos humanos más allá de la ideología. Tanto Judy como su jefe, Maguire (Adrian Dunbar) son crueles y violentos. La víctima más pura del conflicto es el soldado inglés, interpretado por Forest Whitaker.
Esto se encuadra en lo que veníamos conversando en estos envíos y que fue desarrollado muy bien por Juan Villegas en esta excelente nota. En el resto del mundo, no hay pruritos en señalar críticamente la acción de los grupos revolucionarios. En Argentina no se consigue.
Torpe en la resolución de algunas escenas, un poco indecisa en la descripción del personaje de Fergus, la película efectivamente distaba mucho de ser buena y demuestra en una segunda visión, alejada en el tiempo, que una parte importante de su impacto había residido en el hecho de la condición sexual de su protagonista. Hace treinta años, el travestismo era visto más como una rareza que una posibilidad real para mucha gente. Es justamente el atractivo que genera la ambigüedad del actor que interpreta a Dil (Jaye Davidson) y su carisma, que sostienen a la película. Davidson —que fue nominado al Oscar como actor protagónico— no desarrolló una carrera sustentable como actor/actriz y las fotos actuales lo muestran como un "he".
El delator (The Informer, 1935, John Ford)
Ya decidido a ver todas las películas que involucren al IRA, me acordé de que John Ford había realizado esta película, unos pocos años antes de impactar al mundo con La diligencia (1939). Se trata de una película que no tiene buena fama entre los cinéfilos porque es un proyecto estéticamente más pretencioso, realizado con bajo presupuesto disimulado por una bruma constante y una iluminación muy baja. Es cierto que el maestro en el futuro no haría más que simplificar su maquinaria narrativa pero, salvando algunos excesos melodramáticos, la película es fascinante.
Nuevamente (o, mejor dicho, anteriormente) aparece la figura de un miembro del IRA que no se atreve a ejecutar a un secuestrado y es sometido por la organización revolucionaria a una Corte Marcial. Desterrado de su grupo de pertenencia, Gypo (Víctor McLaglen), deambula sin dinero y sin más relación humana que con una prostituta por las calles de Dublin, en momentos en que los irlandeses desarrollan la guerra independentista contra los británicos. Gypo, en la miseria, se ve tentado a conseguir veinte libras a cambio de delatar a un amigo republicano, que vuelve a la ciudad a ver a su madre, luego de escaparse de las autoridades. Cuando lo van a detener, su amigo muere en un enfrentamiento con la policía. Gypo recibe su paga pero a lo largo de la noche se irá gastando su pequeña fortuna bebiendo descontroladamente y regalándole el dinero a quien se le cruce.
A Ford le interesa más el tema de la culpa y la imaginería cristiana que las disquisiciones del IRA, que aparece como una secta organizada y prolija. Hay escenas terribles, muy bien logradas, como la de Gypo sometido a juicio por la organización en donde confiesa su terrible pecado, o una fiesta de ricachones en donde se inmiscuye y derrocha libras a fuerza de pagar tragos para todos. Como todas las películas de Ford, El delator logra sortear la prueba del tiempo gracias a la maestría con que el director sabe mostrar la humanidad de sus personajes. McLaglen, que aparecería en el resto de la filmografía de Ford como una especie de comic relief bruto pero noble, tiene una actuación consagratoria; en muchos casos, según cuenta la leyenda, con la ayuda del mismo alcohol que su personaje consume en la película.
Por último, fue en el set de filmación de esta película en la que se desarrolló una de las más conocidas anécdotas de Ford. Ford hizo la película para el naciente estudio RKO. El productor asociado, Cliff Reid, se sintió obligado de asistir al rodaje el primer día. Ford reunió a todo el equipo, lo paró a Reid y junto a él y en voz alta dijo: "Vean esto, es un productor asociado. Mírenlo bien porque no lo van a ver en el resto del rodaje". Hacia el fin de la filmación, cuando quedaba un día de rodaje, Reid volvió, quiso congraciarse con el director y le dijo que había visto algunos rollos de la filmación y que la escena del interrogatorio a Gypo por parte del IRA era excelente. Ford no le contestó, llamó a su asistente y en voz alta le dijo que había un problema con la escena del interrogatorio porque le había gustado a un productor, que algo debería estar mal y que lo mejor era volverla a filmar. Cosa que hizo al día siguiente.
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Me acuerdo de "El juego de las lágrimas" y coincido en que no es una gran película. Me encantó la reseña de "El delator". No la ví, pero me acuerdo de Víctor Mc Laglen por sus actuaciones en "Fort Apache" "Gunga Din" y "The quiet man". Le tiro un dato: antes de trasladarse a Hollywood, Mc Laglen fue boxeador profesional y llegó a pelear en exhibiciones con dos campeones mundiales: Jack Johnson en 1909 y Jess Willard en 1911. Entiendo que usted no es entusiasta del boxeo, pero me pareció un dato curioso, que tal vez le interesara.
Un gusto como siempre y un cordial saludo.
Gracias por estas reseñas! Recuerdo haber visto "El juego de las lágrimas" para su estreno y que mucho no me había gustado. En cambio, me gustó la canción interpretada por Boy George