La reivindicación de la sexualidad femenina en dos formatos: miniserie sobre Nora Dalmasso y película con Nicole Kidman. Más caca, más autobombo más una canción ochentosa que no nos podemos sacar de la cabeza.
Las mil muertes de Nora Dalmasso (Netflix)
"No odiamos lo suficiente a los periodistas" se podría llamar esta miniserie que cuenta el asesinato de una mujer atractiva, de mediana edad, con una familia bien constituida, en una ciudad conservadora del interior de la provincia de Córdoba. El condimento al atractivo que provoca cualquier crimen violento, especialmente si se produce en la clase priviegiada, es que los circunstancias del crimen sugerían que la vida sexual de la mujer era especialmente activa y se derramaba por fuera de su matrimonio. Como todos los true crime nacionales en donde el espectador conoce el caso, la reconstrucción del hecho apunta a ordenar y actualizar los datos que fueron de dominio público y a refrescar y mostrar el entorno en el cual se realizó la investigación.
La miniserie, con toda justicia, restituye a Norita a su lugar de víctima y a su familia en el de deudos. A pesar del tiempo transcurrido, Facundo y Valentina, los hijos de Nora y Marcelo Macarrón, que tenían 19 y 16 años en el momento del hecho, mantienen las marcas del agobio y del dolor que provocó no solo la desaparición brutal de su madre, sino el increíble y despiadado acoso de la prensa y el accionar absolutamente chapucero de la justicia. Para cualquier persona apenas entrenada por el cine, la ligereza y la falta de pruebas sólidas con que fueron acusados sucesivamente tanto el hijo como el marido de Nora Dalmasso, resultan sencillamente escandalosas.
El centro moral y narrativo de la miniserie es Facundo, ahora un hombre joven y en ese momento apenas un muchacho, que no solo debió lidiar con acusaciones graves y aberrantes, sino que eso le sucedió en momentos en que comenzaba a asumir su identidad sexual, que no era exactamente la que su padre, el viudo, habría deseado. Facundo se muestra sereno al relatar esos días infernales, pero con una tristeza que parece decir que los efectos del horror no quedaron atrás. Su hermana, Valentina, es el complemento perfecto para mostrar el sufrimiento. Es tan doloroso su relato como la constatación por fotos familiares de que una chica luminosa y sonriente se había apagado como una vela de un soplido.
La serie menciona pero no le da un lugar importante al nuevo giro que tomó la causa en los últimos meses. El ADN finalmente parece indicar que el asesino fue una persona que estaba realizando tareas en la casa y que, teniendo relaciones consensuadas con Nora, la ahorcó en el transcurso de una riesgosa práctica sexual. La decisión de los realizadores es la correcta: lo que la serie muestra va más allá de saber quién mató a Nora y cómo lo hizo. Sus acusados son el periodismo, el sistema judicial y, sobre todo, una sociedad prejuiciosa y morbosa. Vale la pena ver esta miniserie y sentirse, por un rato, en el banquillo de los acusados y no en el de los jueces.
Babygirl (Prime Video)
Hablando de mujeres sexualmente activas, la nueva película protagonizada por Nicole Kidman, la muestra interpretando a una fría y dominante CEO de una empresa de alta tecnología, también, como Nora, rodeada de un matrimonio y familia impecables, pero con una insatisfacción sexual que solo se calma apelando a fantasías de dominación y sumisión. Entabla una relación con un joven y desafiante pasante de la empresa, lo que la puede llevar al desastre, a la liberación, o a ambas cosas a la vez.
Desconfiaba de esta película, pensé que se trataba de otro vehículo de una actriz madura y poderosa para mostrar que todavía está buena, denunciando y al mismo tiempo replicando los clichés de la época, como sucedió con la horrenda La substancia y Demi Moore. Lo cierto es que la película funciona mucho mejor que eso: con menos pastiche es más oscura y perturbadora que esa referencia y, además, sí, Nicole todavía está buena.
La película es dirigida por una mujer, la directora y también actriz holandesa (no voy a decir neerlandesa, es mi Agenda) Halina Reijn, lo cual motivó a Paul Schrader, crítico, director y leyenda del cine, a preguntarse si un hombre podría haber filmado una película así. Entiendo la idea, así como sólo los judíos pueden hacer chistes sobre judíos sin despertar sospechas, parece que sólo la mujer tiene la potestad de mostrar a la mujer como un sujeto sexual anhelante y proactivo, sin que la tachen de cosificarla o no sé de qué otra cosa moralizante. En todo caso, la película es muy refrescante en el sentido de dotar al cine contemporáneo de sexo y de preguntas incómodas que puede hacerse un adulto. Nota al paso, notable el paso del tiempo: el papel del marido burgués y aburridor lo hace Antonio Banderas, otrora sex symbol.
Entré a Babygirl con mucha desconfianza y dispuesto a reírme de ella. La vi de un tirón y a medida que pasa el tiempo me va pareciendo mejor y mejor. No sé, prueben.
Fiasco total. El crucero de la caca (Netflix)
¿Cómo vas a ver una película que se llama El crucero de la caca? ¡Cómo NO vas a ver una película que se llama El crucero de la caca! Se trata de una producción documental de apenas 55 minutos que cuenta la desgraciada historia de un crucero que tenía planeado estar 4 días en el mar caribeño, que sufre un incendio en una de sus salas de máquinas que deriva en un corte total de energía. Queda a la deriva con el pequeño detalle de que lleva a bordo cuatro mil almas, la población de una ciudad pequeña. No spoileo más, pero, en definitiva, la sucesión de desastres lleva a una situación en la cual queda justificado el título. El crucero de la caca.
Incluso cuando todo está bien, las imágenes que muestra este pequeño trabajo documental confirman el prejuicio de que un viaje en un crucero es una pésima idea. A eso ahora hay que sumarle que la satisfacción no está garantizada y de que las cosas pueden salir incluso peor. Si uno no le escapa a la escatología, vale la pena dedicarle una horita a esto.
Leer y comer 1079 (miércoles de 20 a 21 en El Observador 1079)
Hablamos de milanesas en nuestro espacio de lecturas y gastronomías y también de María Moreno y su impactante La merma, libro que comentamos en este envío la semana pasada. Una hora amable que se puede escuchar y/o ver.
Libros con Ñ (domingos de 14 a 16 en CNN radio)
En su programa de CNN que comparte con Laura Gentile, Marielita tuvo una gran idea: entrevistar a la conductora del programa anterior, la gran Cecilia Laratro, sobre sus costumbres como lectora. Es una pequeña y gran entrevista, que pone en el centro a una persona de otra época. No por edad, sino por estilo: es inteligente, amable, educada, articulada e interesante. Fue la cara de la tele en la vuelta a la democracia y en este espacio consideramos que no ha sido todavía lo suficientemente reconocida.
Me crucé en X con un posteo de alguien a quien no sigo, pero que me cambió el día y la semana. Era muy sencillo y breve. Decía: "Pensar que esto era la música más básica de los 80’s.", mostrando un clip del video de Belinda Carlisle cantando "Leave a Light On". Bueno, desde ese momento es que no paro de escuchar y cantar esa canción de 1989 una y otra vez. ¡Pensar que esto era la música más básica de los 80’s!
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Coincido enormemente con tus apreciaciones sobre el documental sobre Nora Dalmasso. Fue algo bueno que se hiciera, para aclarar tanto....y para reflexionar sobre nosotros mismos. Abrazo
Hola Noriega..muchas gracias. Te gustan los policiales... Échale una mirada a Sara, una mujer en las a mbras..abrazo